Muchas veces las condiciones del contexto desmoralizan. Sea por su irracionalidad, por la sensación de injusticia o impotencia que nos generan, por esta inclinación por vivir al borde del salto al vacío que parecemos cultivar, lo cierto es que una vez más las empresas se encuentran frente a la disyuntiva: cómo sostener la rentabilidad o incluso seguir creciendo en estas condiciones?
